- Visión católica de la vida:
La relación con Dios es constante, no se deja para ciertos momentos solamente. Me lleva a ser más humano, a sentir más al prójimo. Puedo, libremente, dar de mí mismo a los demás. Desde la mirada de Jesús, puedo aproximarme a mí mismo y a todo lo que me rodea con una visión nutrida por los dones de la fe, la esperanza y la caridad.
- Libertad:
Don que me exige optar, con la ayuda de la gracia y con responsabilidad, por el bien común y personal, para saber mejor amar.
- Prudencia:
Virtud fundamental por la cual conozco la realidad y actúo en coherencia con la verdad encontrada para profundizar en las buenas relaciones que me hacen mejor persona.
- Perseverancia:
Virtud que me mueve, ayudado por la gracia, a vivir con fortaleza y constancia el compromiso por el bien común y personal.
- Verdad:
Virtud que me alienta a buscar la realidad objetiva de la persona y su entorno, vivir en coherencia con ella y actuar con honestidad y trasparencia.
- Familiaridad:
Ámbito de encuentro sencillo y natural en el cual las buenas relaciones me hacen mejor persona.